domingo, 15 de abril de 2012

…DE DENTRO A AFUERA

 
…DE DENTRO A AFUERA


        Dejamos caer preguntas que, cada uno, interiormente, debe cuestionarse e intentar dar la solución más fundamentada posible:

-          ¿Cómo creemos que nos tenemos que formar?
-          ¿De dónde vienen nuestras normas a la hora de actuar?
-          …¿Y a la hora de pensar u orientar?

                Parto de la frase más verdaderamente sabía que me ha marcado de una de las clases de la carrera de Psicopedagogía y que más me ha hecho dar vueltas a la cabeza debatiendo el peso que tiene de verdad y el peso que tiene de falsedad esta frase. Pues, hasta entonces, siempre había mantenido la idea firme de que, para construirnos en el campo que queramos, hay gran peso que es interno pero, la mayor parte, residía en lo externo: en el contexto, en lo que nos aportan los docentes… pero esto va más allá.

“EL ORIENTADOR SE HACE D E DENTRO AFUERA”

Y es que, si no nos conocemos, si no sabemos cómo somos, cómo actuamos y cómo nos enfrentamos a los problemas que nos rodean… no vamos a ser capaces de encontrar herramientas para ayudar a los demás.
                Si nos planteamos… ¿de dónde sale todo lo que hacemos? ¿Quién nos dice que lo hagamos de una forma u otra? Dentro de nosotros mismos. Nuestro organismo hace que actuemos y que nuestros estímulos se activen en mayor o menos medida según nuestras emociones, sentimientos… todo lo que se crea en nuestro cerebro.
                Hay que tener presente que conociéndonos internamente, formándonos por dentro, podremos exteriorizar la forma que queremos transmitir al paciente que venga en busca de ayuda. Si creamos unas estructuras fuertes interiormente, estaremos obteniendo una buena calidad como orientadores.

Desde un punto de vista subjetivo, creo que sí, y apoyo la afirmación de que “el orientador se hace de dentro afuera”, pues pienso que al igual que no actuamos y luego pensamos, si no que primero pensamos (internamente) y luego actuamos (externamente), o al igual que, por ejemplo, antes de saludar primero planteamos internamente qué vamos a hacer (dar la mano, dar dos besos…) y luego lo llevamos a cabo, pasa lo mismo con la formación.

                Antes de ser, debemos formarnos.

Ello nos lleva a hablar, irreversiblemente, de la autocrítica y crítica.
Debemos ser críticos con nosotros mismos, valorar cuál es nuestra posición, nuestra postura teórica hacia la que más nos orientamos. Y esto, que visto así puede parecer difícil, podemos partir de analizar nuestros comportamientos, ver qué mecanismos solemos utilizar co mayor frecuencia y cómo.
                Y, además de ser críticos con nosotros mismos, ser críticos con el entorno. Saber diferenciar y apartar lo que es relevante y lo que no, lo que es útil para trabajar y lo que, por el contrario, no nos ofrece grandes aportaciones.


Por tanto, con todo esto quiero transmitir la importancia de formarnos como orientadores de dentro a afuera, de tener en cuenta la postura crítica y, con el fin de ser una gran ayuda a los que nos necesitan, saber decir cuál es nuestra base, sobre qué trabajamos, qué medios utilizamos y cómo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario